Cuando la disposición espacial de los elementos de una pintura se encuentra armoniosamente compensada a ambos lados de un eje central la composición es equilibrada. Por el contrario, si percibes cierta inestabilidad, incomodidad o desasosiego visual, seguramente estará desequilibrada. El equilibrio se consigue ajustando el número, peso visual y ubicación de los elementos del paisaje.

La escena muestra un claro desequilibrio por acumulación de todos los elementos hacia la izquierda.
Repartimos mejor a ambos lados y el conjunto resulta mucho más satisfactorio.

La idea de equilibrio se basa en el juego del contrapeso. Este consiste en situar en posiciones opuestas elementos o masas que se “compensen” visualmente entre sí. Los elementos  no tienen por qué ser iguales. Según sea su peso visual, pueden poseer diferentes formas, tamaños, colores y ubicaciones.

Equilibrio estático y equilibrio dinámico

Hay dos tipos de equilibrio: estático (más pobre) o dinámico (más atrayente)

Inicialmente parecería que las composiciones simétricas, iguales a cada lado de su eje central, son más deseables ya que son las más compensadas. Pero éste es un equilibrio estático y  simple , que crea monotonía visual.

Indudablemente la escena es equilibrada, pero de forma simétrica y monótona.

Más sutil y atractivo es el equilibrio dinámico. Consiste en conjugar masas de tamaños desiguales y equilibrarlas con variaciones de tamaño, color, contraste así como con su inclinación y ubicación. Este tipo de equilibrio trasmite más vitalidad y hace las escenas más interesantes.

Variamos el tamaño. color y dirección de los elementos y el paisaje gana interés y dinamismo
Cuadro de invierno y nieve
Gracias a la variación de tamaños y agrupamiento de masas, la composición se ha resuelto de forma dinámica, pese a poseer cierta simetría.

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