Capturar el ambiente frío, plomizo e invernal de un pueblo del interior valenciano cubierto de nieve, es un reto atractivo ya que esta es una realidad que contrasta con el arquetipo de nuestra tierra como un país de playa y sol. El interior también existe y posee una gran personalidad y fuerza propias. Ese sentimiento de tiempo detenido y espacio en reposo es precisamente el que la nieve transmite en esta obra, muy matérica y que en algunas zonas, roza la abstracción.
